A pesar de
que en España hubo un movimiento ideológico y poético marxista por la década
del 90’, la poesía sirvió para sus integrantes como un instrumento de lucha
social y de liberación. Demostraron con sus poemas su disconformidad con lo
establecido y mediante una particular poética en pos del entendimiento de las
mayorías.
Pero el
poeta Humberto Pinedo Mendoza llega a este estilo de poesía consciente con su
propio sello en el lapso de 50 años escribiendo poesía. En sus inicios estuvo
influenciado por el experimentalismo brasileño y la poesía del Siglo de Oro español
en lo castizo.
Este estilo clásico y de ruptura con lo establecido lo descubrimos en los versos que en 1970 publicó el Suplemento El Dominical de El Comercio: “Rumo, me gasto, tramo, monto, rumo toda una tragedia existencial de un hombre”. Poesía muy sugerente para su época.
Como diría
Abelardo Oquendo existencialmente Humberto Pinedo usa como terapia los versos
para comunicarse. El psiquiatra Alberto Seguín rastreaba este enfoque. Nos
muestra la deshumanización del hombre, la lucha contra la cosificación (Herbert
Marcuse). Este es un poema con rostro, este es el rostro de un poema, o “zurró
a palos a mandón estado, su lomo, su cogote su hocico”.
A pesar de
esta ruptura con el lenguaje y con lo establecido, su desesperación para
comunicarse es irreversible como sostenía Humberto Eco. Nos habla de otras
formas de comunicación y Humberto aporta al lenguaje nuevos giros y
signos.
Fue en esta
época que junto con el poeta Jorge Ovidio Vega realizaron una poesía de
ruptura con el lenguaje, el tiempo y la sociedad. Tamayo Vargas diría que H.
Pinedo es un poeta sintagmático y contestatario. En cambio el poeta chileno Flores
Letelier sostiene que sus versos parecen una metralla de palabras con contenido
social.
Luego en la
época de la revolución de Velasco y de la subversión Pinedo logra plasmar
poemas más comprometidos y de connotación protestataria: “Los abandonados”, “La
vida no vale nada”, “Maestro de pueblo joven”, “Los sirvientes”, “Los pequeños
burgueses”. Muchos de estos versos están incluidos en sus libros Topus, Avizor, Convulsión. Poemas
donde se incide en la protesta pero usando la sintaxis. Algún crítico diría que
estos poemas se parecen a telegramas llenos de sentimiento.
En sus
viajes a Cuba, México, Panamá, Venezuela asimiló mucho estas realidades
sociales y culturales. Se dedicó a escribir poemas conscientes históricos: “Poema
al pie del Teotihuacán”, “Fuerte de San Juan Ulúa de Veracruz” o el poema a La
Habana Vieja.
Como se
puede apreciar internacionaliza la protesta como cuando el poeta Zanabria
descubrió que era un poeta de la conciencia. Porque está comprometido
existencialmente con el hombre de nuestra época. “Para qué
sirvo, para qué hablo, para qué sirvo”, la condición humana. Complementa estos
juicios José Beltrán Peña cuando dice que con sus poemas escarba la realidad
actual – “¿Qué somos humanos o zombies?”, “Masacre en Gaza”, “He vuelto a nacer”,
“¡Madre mía perdón!”. Humberto Pinedo es un poeta de la conciencia por eso nos hace
reflexionar y sentir con sus versos.
UN POEMA CONSCIENTE EN UN HOSPITAL
POR HUMBERTO PINEDO
DE TUMBO EN
TUMBO RECOJO MIS PASOS
Qué azarosa
es la vida que recogemos sin dudas ni rumores
endiosamos ídolos
y dinero sin atinarnos a prever enfermedades
corremos
aventuras, ganamos experiencias como inmortales
así caemos,
nos levantamos, volvemos a caer sin aprender a ser humildes.
Perdemos el
tiempo, nos engañamos y sin remordimiento insistimos
qué
ingenuos somos creyendo ser dueños de nuestro existir pobre
hasta que
el destino nos tumba en la cama de un nosocomio ajeno
de tumbo en
tumbo nos damos cuenta que somos frágiles ante la muerte.
Qué suerte
nos depara el cuerpo cuando nos ataca el malestar asesino.
Deseamos
ser fuertes pero nos vence el quejido y el malestar de esperar
así
tropezamos con otras tristezas que ambiente quejoso nos humaniza
sentir el
dolor de los otros que son peores que las tuyas te enciende
y tu animo
se estropea y comprendemos lo duro que es la vida, enfermo.
Raúl
Alfonso Allain Vega. Escritor,
Poeta y Editor. Fundador de Grupo Suicidas y editor de
la trilogía virtual: Suicidas Sub 21. Ha sido incluido en diversas
antologías, tanto nacionales como internacionales.
Actualmente,
es Presidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ) y codirige el sello
independiente Río Negro. Ha publicado Poéticas:
Selección de artes poéticas por poetas peruanos contemporáneos (Raúl
Allaín. Editor. Lima, 2010), Suicidas Sub 21 (Raúl
Allain / Iván Fernández-Dávila. Editores. Lima, 2010), Convergencias:
Muestra de poesía contemporánea (Editorial Río Negro. Lima,
2011), Poiesis Hispanoamericana: Selección de poesía contemporánea (Editorial
Río Negro, 2012), Eros & Tánatos: Poesía y arte contemporáneos (Editorial
Río Negro, 2012), Versolibrismo: Poesía y arte contemporáneos (Editorial
Río Negro, 2013), ¡Yo no hice nada!: Sobre la idiosincrasia peruana (Amantes
del País Ediciones, Lima, 2013) y el ensayo La cientificidad del
consciente (Editorial Emooby, 2011). Columnista de Red
Voltaire, Revista Biografia y Ssociólogos. Autor
del poemario Flotar es precipitar.
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