Parte del Programa de Iniciativas Culturales Juveniles (ICJ)

lunes, 25 de febrero de 2013

“Los limeños: Realidades y compensaciones”, por Humberto Pinedo Mendoza



En el 2013 los limeños en la capital son eso "los limeños". Es decir esa pluralidad cultural, social, económica Estos limeños de nacimiento, de accidente, de migración, o de una nacionalidad comprada no saben hacia dónde van. Es cierto que la mayoría de los "limeños " ahora  son de la costa, de la sierra o de  la selva. Cada una con su realidad cultural o sus compensaciones de identidad. Por frustración, por falta de recursos o por una decepción. Ahora en Lima el problema ya no es racial, étnico, sino es una lucha fratricida entre la  barbarie contra civilización.

La Lima de Ricardo Palma, de José Galvez, de Valdelomar, de Sebastián Salazar Bondy ya no es. José Matos Mar nos habla de dos tipos  de  peruanos y de dos sociedades. La oficial y la informal. Para él está triunfando la migrante. De acuerdo a nuestro antropólogo social los cerca de 18 millones de habitantes que viven en la capital  han logrado en diferentes  formas  desarrollarse en los conos. Es esta población que  practica una economía de salvataje económico. Es decir una economía próspera ahora. Pero después que cambie la situación económica mundial no se sabe  en qué posición van a quedar. Es decir una "burbuja" social  que nos puede reventar en la cara.

Expliquémonos. Estos "provincianos limeños" se encuentran entre la economía legal e informal. La mayoría se dedican a la segunda. Es cierto que es el sector socioeconómico  que está colaborando con los sectores modernos para crear una nueva clase media. Cierto que esta nueva burguesía  se dedica a la venta de materia prima, o productos manufactureros primarios, o de comercio de chatarra, o de servicios. En todos estos sectores no existe estabilidad laboral para  sus  trabajadores o poseen sueldos y salarios bajos. Muy atinada Magaly Solier cuando critica la hipocresía de los "provincianos limeños" en nuestra capital. Que auténtica se le siente a esta huantina de corazón.

Tener el orgullo de ser peruano en este Perú del 2013 tiene que ver con el éxito del chef Gastón Acurio. Es decir que como cocineros somos los mejores. Pero a nivel espiritual o cultural eso no les entra a estos peruanos. Como socarronamente e irónicamente diría Iván Thays en España… También somos primeros en tráfico de drogas, en pandillaje. Esa es la Lima que tenemos ahora y que los diarios basura como "El Trome" o "El Chino" todos los días nos recuerdan, con sus crímenes, violaciones y la falta de moral en la población. Hemos progresado. Ahora los pandilleros tienen armas, se drogan, hay más adolescentes sicarios.


Mis padres fueron provincianos pero eran reflexivos. Me decían que por qué  en los pueblos jóvenes, barrios marginales o de la periferia de Lima los provincianos “la tenían sucia”. En cambio uno viaja a sus pueblos y “las tienen limpia”. Es decir la conciencia nueva de ser un limeño mestizo para amar su pueblo todavía no la tienen la mayoría de estos migrantes. Y eso es por falta de formación cívica y por la corrupción imperante que existe en la mayoría de las instituciones  democráticas y de sus representantes. Las leyes para elegir a sus autoridades debe de ser más selectiva y rigurosa como ocurre con las sanciones.

También me he percatado que cientos de parlamentarios, alcaldes o presidentes regionales  dan mucho que desear. Acaso no es cierto que en la mayoría de los pueblos estas mismas autoridades se dedican a negocios turbios, al nepotismo. Ahora ya no son los “blanquitos”, los oligarcas, los gamonales. No, ahora son los mismos peruanos del lugar que se dedican  a  dilapidar los fondos de sus pueblos…

COMPENSACIONES

Esta Lima progresa a nivel macroeconómico, pero que en la población no se vea este adelanto es preocupante. La mayoría de los delincuentes en las cárceles son gente provinciana. Y son los más avezados. Los pandilleros en los pueblos son  los llamados “cholos informales”. Son agresivos, destructores, violentos. Su prototipo sería  el  músico delincuente "Chacalón”. Casi la mayoría de los subversivos pertenecían a este sector de resentidos sociales. Me preocupa que no exista una política cultural coordinada con la del Ministerio de Educación para formar un nuevo hombre con valores. Sino más bien se conforman con crear hombres  insensibles, consumidores o comerciantes informales. Y los que logran una profesión viajan al extranjero para quedarse. El Estado les regaló la educación primaria, secundaria y hasta universidad. Para que después fuguen  a otros países y no paguen ni un centavo como agradecimiento a su inversión social. El costo beneficio es negativo para nosotros.

Compensaciones o hipocresía social. Vemos a los hijos de este sector social en las mejores universidades del Perú como del extranjero. En las mejores instituciones públicas. La relación social con los otros grupos sociales ya no es vertical sino horizontal. Viven creyendo que con el dinero se consigue todo. Esta nueva escala social los blanquea y con su nueva posición social cholean a sus paisanos que no tienen recursos económicos. Perversa ilusión discriminativa de sus pares que nos lleva a una sociedad chicha que no tiene identidad de pueblo desarrollado. Qué tipo de estudiantes estamos formando en las escuelas. Jamás los veremos protestando en las calles para buscar una educación más eficiente como los estudiantes de secundaria de Chile. Es verdad aunque nos duela que esa es la diferencia.

Los medios de comunicación, diarios y televisión juegan un papel  negativo importantísimo para estupidizar más a la población. Para que exista una televisión basura es necesario  que exista un pueblo basura que los alimenta. Cuando esta población cree que nacionalidad es un golazo de Guerrero nos damos cuenta que somos un pueblo precario, subdesarrollado, mediocre y  que no sabe que es lo que quiere. Un país frustrado o traumado socialmente. Algunos dirán que esta se produjo con la captura del Inca Atahualpa por los españoles. Mario Vargas Llosa diría: en qué momento se jadió el Perú. Diría yo que somos los mismos peruanos con nuestras frustraciones, ignorancia y prejuicios que no logramos conseguir que este pueblo reflote moralmente, ni tenga una personalidad cívica decente. En Lima el 60% por ciento de la gente no sabe por qué vota. Y si lo hacen manipulados por las encuestas o los medios de comunicación interesados...


Los partidos políticos no crean cuadros con personas eficientes. Sino cuadros políticos con personas  que están agazapados para tener un cargo público y después dilapidar de los fondos del pueblo. Hay cerca de tres mil juicios de empleados públicos del anterior régimen. Fujimori destruyó la conciencia moral de nuestro pueblo. El sector más esclarecido de personas conscientes y progresistas están luchando para reflotar esta moral, pero la clase política  actual de nuestro país confunden política con politiquería, de  chismografía, de  confrontación  estéril,  de dichos y diretes, escándalos intrascendentes o cuestiones coyunturales sin importancia. No son las proposiciones, las ideas, los planteamientos. Observen a nuestros representantes.

Por eso considero que estos limeños todavía no tienen una formación cívica  suficiente para considerarse ciudadanos. Son simplemente personas que habitan en  un lugar y buscan sacarle el mejor provecho o partido a las cosas. No hay conciencia de respetar a sus semejantes y sus diferencias. Sino más bien un aprovechamiento del presente. Con este comentario no quiero generalizar que la mayoría de estos "limeños" tengan todos estos vicios. Yo amo a mi país y espero que cambie pronto esta situación por una sociedad que se respeta  y en donde se cultiven valores importantes de justicia, libertad, amor y belleza.



Humberto Pinedo Mendoza (Lima, 1947) Ha publicado cuatro libros de poesía: Olguita Amando, Topus, Avizor y Convulsión. Libros de Historia Rostros y Rastros del Callao y La Historia de San Miguel. Incluido en la Historia de la Literatura Peruana de Augusto Tamayo Vargas, César Toro Montalvo y José Beltrán. Ha sido Presidente de la Casa del Poeta del Callao en 1992 e integrante de Gleba Literaria. Incluido en los suplementos dominicales del Comercio y Ojo y en la revista Olandina. Como Periodista ha trabajado en el diario Expreso, Ojo, Oriental el diario Callao y el Faro. Ha sido columnista de las páginas de Historia y Cultura de los diarios del Callao. De acuerdo a los críticos literarios Wolfgang Lutching, César Toro Montalvo y Augusto Tamayo Vargas el poeta Humberto Pinedo practica una poesía concreta de gran significado y sensibilidad social.

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